ARTEOESTE CONCEPTOS

“YO DIBUJANDO O PINTANDO ¡SOY UN DESASTRE!”

Las frases comienzan con: “me encanta el arte”“disfruto de la pintura”, “me encantaría poder expresarme”, y terminan con otras tales como: … “pero soy un desastre”, “si dibujo un caballo, me sale un perro!”, “siempre fui malo para esto”, etc., son algunas de las que, a lo largo de mi carrera como docente de arte, he escuchado cientos de veces.
¿Es cierto que no todos podemos dibujar o pintar?
El dibujo y la pintura son expresiones inherentes al ser humano. Conocemos dibujos y pinturas del hombre prehistórico. Y si bien durante siglos y siglos la humanidad realizó esta tarea variando sus motivaciones (respondiendo a un objetivo mágico, la expresión de un sentimiento religioso, la posibilidad de reproducir la naturaleza o la incontrolable necesidad de expresarse…), lo cierto es, que como humanos que somos, TODOS, absolutamente TODOS tenemos la capacidad para dibujar o pintar.
Surge aquí la pregunta: ¿entonces por qué yo no me siento capaz?
Ensayo algunas respuestas:
- ALGUIEN ME LO DIJO
La primera oportunidad de encontrarnos frente a una hoja en blanco, lápiz en mano y el alegre deseo de realizar aunque más no sea un garabato, la hemos tenido cuando éramos niños (un poco antes de los dos años de vida). Nos encontramos aquí con el inicial registro de aprobación-desaprobación. Padres, tíos, abuelos, hermanos, vecinos... luego llegarán los maestros, encarnaron, sin quererlo, el rol de nuestros primeros críticos de arte.
“Está lindo, pero los cielos no son así de ese color”, “qué lindo!, qué es?”, “decile a tu papá que te ayude a dibujar así te queda mejor”, “¿por qué no dibujas sobre otro tema?”, “El que sí dibuja bien es fulanito!”. No es difícil pensar que con semejante arranque en nuestra “carrera artística”, con poquitos años de experiencia y ningún elemento para disertar sobre filosofía del arte o estética, la impronta ya grabada en nuestra conciencia es que dibujando o pintando somos bastante malos!
·                LO QUE DIBUJO NO SE PARECE A LA REALIDAD O NO ME GUSTA LO QUE ME SALE.
Es verdad que muchos pintores (reconocidos como tales) han logrado la representación fiel de la naturaleza, sin embargo, muchísimos otros (también reconocidos como “artistas”) han logrado un lugar en los museos, y en las subastas, con obras donde nada se parece a la realidad. Sin embargo, estas obras han sido validadas como obras de arte y en el mercado valen millones de dólares! ¿No será acaso que el prejuicio está dentro nuestro? ¿seremos nosotros jueces implacables… aún no teniendo una formación artística para dar objetivas sentencias? Podríamos recordar a los pintores impresionistas que en su comienzo tuvieron que mostrar sus obras en el “salón de los rechazados”.
·                ME FALTA…
¿Qué me falta? Tiempo… recursos... un espacio… alguien que me ayude a encontrar el cómo… coraje para empezar…

La posibilidad de expresarnos, de comunicarnos, es imprescindible para nuestra salud interior. El arte, en cualquiera de sus manifestaciones, es un canal apropiado para ello. A través de la palabra escrita, la música, el teatro, la danza o la pintura todos nosotros podemos encontrar la ocasión de mejorar nuestra calidad de vida. Animate!!

Prof. M. Gabriela Morales – Taller Arteoeste-
Centro Cultural “La Salita” www.arteoeste.blogspot.com


10 TIPS PARA LA CREATIVIDAD
Cómo desarrollar la creatividad
1.           Aceptar que no hay un solo modo de resolver las situaciones. La apertura y flexibilidad son elementos esenciales. Busque en lo cotidiano diferentes maneras de realizar una tarea habitual.
2.        Tomar distancia de los estereotipos. Un estereotipo representa la idea o imagen que ya fue aceptada por la mayoría como patrón o modelo.
3.        Bajar el nivel de expectativa de aprobación exterior. No estar pendientes de lo que otros piensan acerca de lo que estoy elaborando. Lograr un grado de independencia al respecto nos permitirá ser más creativos.
4.         Estar abiertos a reacomodar. Ensayar, imaginar, reacomodar los elementos, las ideas, los recursos para formular una nueva combinación que resulte de nuestro agrado.
5.         Modifique su umbral de resistencia al fracaso. Cuanto mayor temor tenga a no lograr un resultado exitoso más se alejará del proceso creativo.
6.         Aumentar la capacidad lúdica. Quítele el tono de "gravedad" a la obtención del resultado. Despliegue su capacidad de juego.
7.        Desarrollar la capacidad de percepción. Observar, entender, registrar. Captar lo esencial, captar lo accesorio.
8.        Detectar relaciones remotas, buena parte de la creatividad tiene que ver con la combinación, practique encontrar asociaciones curiosas y originales aunque luego muchas de ellas sean descartadas.
9.         Ejercitarnos para enriquecer nuestro archivo interior. Cuanto más elementos (ideas, imágenes, experiencias, recuerdos, etc.) tengamos cargados en nuestra mente aumentaremos el porcentaje de resultados creativos.
10.       Disfrute del proceso creativo! Identifique los instantes en los que goza con un acierto o punto de logro. En el proceso creativo se alternan sensaciones de éxito y fracaso.



Prof. M. Gabriela Morales – Taller Arteoeste- Centro Cultural “La Salita” http://www.arteoeste.blogspot.com/

FOTOS VS CUADROS 



La modernidad nos introdujo en un tiempo donde las imágenes ocupan un lugar de privilegio. Los avances tecnológicos han modificado la situación del espectador porque ya no quedará pasivo. El ritmo vertiginoso del siglo XXI nos aleja cada vez más de momentos necesarios para generar imágenes elaboradas y no frutos de un "clic". ¿Es la foto el ícono de nuestro tiempo? ¿Logró la foto reemplazar al cuadro? Si el hombre sigue siendo el nexo, novedoso y creativo, que enlaza las realidades externas e internas:  ¿cuáles son las imágenes que mejor transmiten las profundidades del alma?

Vivimos en la era de la imagen. Miles de millones de imágenes se toman y transfieren por segundo en el mundo. Cámaras digitales, video filmadoras y celulares están, día y noche, listos para capturar una parte de lo que nos rodea. Con producción y cuidado en luces, poses y encuadres o aprovechándose del distraído. Desde puntos de vista clásicos o desafiando la comprensión de la imagen con enfoques súper originales. Usando la última tecnología (¡qué increíble maravilla!) o con rudimentarios instrumentos, son muy pocos los que quedan indiferentes a la oportunidad de convertirse en algo así como en: "el ojo que todo lo ve". Ver y plasmar, luego poder transmitir, comunicar, utilizar, mostrar, pasarla a otro.

¡Podemos regresar de un viaje con más de 1000 fotos! Cantidades siderales se colocan en el mundo virtual: en blogs, en redes sociales como twiter, facebook, etc., o través de e mails. De este modo muchos testimonios privados se transforman en públicos y en segundos se puede mostrar todo, absolutamente todo, hasta lo más íntimo o indiscreto. Observamos, poco a poco, la pérdida de la escena familiar donde un álbum o una caja llena de fotos reunían a los integrantes para ponerlos al tanto, intercambiar opiniones y divertirse.  Ahora el centro es la pantalla ("que justo ahora no la puedo encender", o "no sé qué pasa con esta foto: ¿cómo hago para abrirla?" o "esperá que venga mi hijo y me diga cómo se hace"), soportes digitales que, aún con imprevistas dificultades,  nos permiten llevar de manera cómoda y económica una imagen hasta los confines de la tierra. La foto digital en su función social a transformado el escenario de intercambio.

Y ella -la foto- convertida en testigo del hecho, con la ayuda de la tecnología, ha modificado también la veracidad y velocidad en la que se transmite un suceso. El espectador, máquina en mano, ejerce el trabajo de periodista gráfico, no importa si tiene cinco o noventa años. Sumando además, la rapidez de circulación de esos datos, el fotógrafo-periodista supera ampliamente a la persona del artista que, en tiempos muy lejanos, era el único que retratando nos dejaba un registro del pasado. Muchas de esas obras fueron y son custodiadas por ser verdaderas obras de arte. ¿Quiénes serán más fieles a la realidad: los artistas con su mirada subjetiva y su destreza en el oficio de pintar o los actuales fotógrafos con las cámaras digitales y los retoques del photoshop?

Fotos, fotos, fotos. Y qué vertiginoso ha sido la inserción de la foto en el campo artístico. Fotógrafos y pintores, productores de arte esmerándose en atraparlo dentro de un plano bidimensional. ¿Fotos o cuadros?, para disfrutar de un tiempo de contemplación. ¿Fotos o cuadros?, para darle atractivo a mis espacios. ¿Fotos o cuadros?, para expresar mi mundo interior. Podemos dudar si lo más conveniente es recorrer galerías o shopings. Aunque en seguida caemos en la cuenta de que en la actualidad no hay diferencia, pues los espacios se han superpuesto. La foto es ya un objeto de arte. El fotógrafo llega a los museos, es un artista. Y los artistas plásticos hoy liberados de las miradas ortodoxas llegan a ofrecer sus obras como simples mercancías.
Haciendo una retrospectiva sabemos que el arte fotográfico tomó los cánones estéticos manejados dentro del ámbito de la pintura. Ideas de enfoques, de composición en el manejo del espacio, el uso de la luz como elemento expresivo, etc.. Ahora los pintores se cobran lo dado y utilizan las fotos para realizar sus proyectos. Ejercicios previos a la obra o métodos de aprendizaje se hacen a partir de la copia de fotos. El retrato, tema emblemático en la antigüedad, se convierte en el eco directo de la foto y no del personaje. Obras que surgen de bocetos con montajes fotográficos. Los amantes del hiperrealismo encuentran en las cámaras fotográficas su mejor aliado. Y hasta creaciones que ni siquiera llegan al papel o a la tela, porque pertenecen al conocido: arte digital. ¿Fotos versus cuadros? ¿La foto reemplazó al cuadro?
Hay quienes a través de la fotografía han encontrado el camino del arte. Algunos se definen con humildad como aficionados, pero grande es la satisfacción personal al comprobar la capacidad de producir un objeto cargado de belleza. Sin embargo, el hombre contemporáneo, avasallado de imágenes, sigue vibrando frente a una pintura. ¿Será que las pinceladas o las texturas siguen dando el dato de que esa imagen es única? O a lo mejor, porque aún se puede constatar que no hay obra pictórica sin que antes haya atravesado las profundas napas del universo humano. La pintura de un cuadro, sea de un principiante o de un consagrado, no puede realizarse con ausencia del yo espiritual y tantas veces inconsciente. Podrá leer, quien sepa, riqueza y complejidad como si fueran una marca de agua impresa en la tela. Pintores recrean con su trabajo, una y otra vez, sus lenguajes expresivos.
Sin embargo, es muy probable que esta pugna se ponga en juego solamente en el ring de la comercialización y del consumo, y no dentro del artista. Porque en los dos, pintor o fotógrafo, debe existir a priori el gusto estético, el deseo de expresarse,  la necesidad de decir y la resolución de poner manos a la obra. Ambos tienen en general muy claro cuál es el lenguaje que les resulta más apropiado para sí, ambos utilizan la imagen como código, ambos poseen una mirada capaz de encontrar lo que para muchos pasará inadvertido. Realizando múltiples lecturas de una misma realidad sorprenden a los espectadores y los demoran, aunque instantes, impregnándoles de huellas sutiles.
Pienso que, si existe la posibilidad, siempre es mejor el intercambio que la competencia. En el "versus" hay quien gana y quien pierde, y en el empate se consuelan los mediocres. En cambio, la dinámica de ida y vuelta enriquece y potencia.  La cultura evoluciona y se modifica constantemente. Aparecen nuevos desafíos y  tenemos que estar abiertos para crecer con ellos y para seguir aportando a la sociedad la dimensión espiritual y catalizadora que históricamente la humanidad recibió del arte. Quien tenga en su interior esta llama encendida, no deje que se apague, porque más allá de elegir hacer fotos o cuadros el arte nos ayudará a transitar la vida.
Prof. M. Gabriela Morales. www.arteoeste.blogspot.com
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¿Soy creativo?... Mucho, poquito ¿o nada?

Todos los días por la mañana comienzo mi rutina. Utilizo los mismos mecanismos porque eso me permite ganar velocidad y eficiencia, ya que a fuerza de repetición y cuidado tengo muy claro cómo hacer cada cosa. Digamos que todo funciona bien. Pero de pronto surge una dificultad, y ése no es sólo el inconveniente, sino que además, lo que normalmente hago ¡ya no me sirve! Con rapidez busco en mi mente otra solución, ¿me estoy olvidando de algo?… Reconozco que hay cosas que no había tenido en cuenta. Finalmente me veo resolviendo de un modo diferente un problema que a simple vista, es el mismo de siempre. Me felicito y digo: “¡qué bueno que se me ocurrió esto!” Y aunque todo demoró la hora de salida siento a la vez el placer de reconocerme a mí mismo como a un tipo ingenioso.

El contenido de este relato se multiplica indefinidamente en otras situaciones cotidianas: lucir elegante cuando una ropa se nos manchó segundos antes de la fiesta, armar una rica cena a partir de una heladera medio vacía, arreglar un desperfecto del auto sin herramientas ni servicio de auxilio o la ocurrencia de una respuesta filosa a una pregunta incómoda. Sucede que un momento conflictivo, a veces agravado por la presión de remediarlo, se puede convertir en el fantástico disparador que nos lleva al hallazgo de soluciones nuevas, respuestas ingeniosas, acciones creativas.
¡Claro que también hay gente a la que, frente a estos escenarios de la dificultad, se le comienza a transformar la cara y arma en menos de tres minutos una discusión familiar! Es que el umbral de resistencia al fracaso tiene niveles variados según el individuo en cuestión. Y tiene razón el que piensa que las situaciones de conflicto no son garantía de creatividad. Pero es cierto también que somos más creativos cuando no nos quedamos atascados frente a lo que sentimos que no se puede resolver. Porque un acto creativo supone: aceptar, flexibilizar, ensayar, despejar, descartar, equivocarnos, imaginar, pensar nuevamente, arriesgar, asociar, renovar, fluir, cambiar, reacomodar.
Dicho de otro modo, somos más creativos cuando podemos:
1-Tener conciencia de que existen obstáculos en la realización de cualquier tarea. Muchas veces vamos oscilando entre los extremos, pasamos de la idea de que siempre todo nos va a salir maravilloso, genial, fantástico (pensamiento mágico) a pensar que no vamos a poder resolver nada (pensamiento negativo).
2- Tener la convicción de que no existe una única solución, ni un solo recurso. La apertura y la flexibilidad son elementos esenciales. Probado está que a mayor rigidez menor creatividad.
3- Tener capacidad de riesgo. Evaluar objetivamente el riesgo que implica elegir un camino distinto. Animarnos a probar, a equivocarnos y a volver a empezar. Desdramatizar en contraposición a exagerar.
4- Reconocer los beneficios espirituales que nos aportan las tareas creativas:sensaciones placenteras, alegría, bienestar interior. En sintonía con lo que leíamos en la anécdota inicial: “…Y aunque todo demoró la hora de salida siento a la vez el placer de reconocerme a mí mismo como a un tipo ingenioso.”, el ejercicio de la creatividad nos devuelve una mirada más valorizada de nosotros mismos.

La respuesta sobre nuestro grado de creatividad está en relación directa, no sólo con nuestra capacidad innata, sino fundamentalmente con estos cuatro puntos mencionados. Y el crecimiento o evolución se potencia cuando nos conectamos con personas, grupos o situaciones que nos estimulen. Los ámbitos artísticos y los de investigación (también científica) son excelentes espacios para la creatividad. Pongámonos en marcha para que podamos contestar: “antes nada, hoy poco, ¡¡mañana mucho!!”

• Prof. M. Gabriela Morales – Taller Arteoeste- Centro Cultural “La Salita” www.arteoeste.blogspot.com




El desafiante Papel en blanco y
“la Loca de la casa”

Sin duda un papel en blanco puede convertirse en un desafío:
a la memoria si debo hacer una larga lista de compras...
a la habilidad organizativa, al definir una serie de tareas en secuencia.
¡Y ni qué hablar para los que incursionamos en el camino del arte!

Es que el papel o el lienzo en blanco, despojado de sugerencias, se planta frente a nosotros desafiante. 
O lo que a veces resulta más paralizante: 
“Siento muchas ganas de pintar… ¡Pero no se me ocurre naaaaadaaaa!”.
La expectativa de realizar algo valioso junto a la incertidumbre de lograr la imagen que tenemos dentro, no constituyen solamente el bloqueo a nuestro quehacer artístico. Creo que la situación más difícil se experimenta cuando sentimos que el papel en blanco desafía  a “la Loca de la casa”, tal como definía Santa Teresa de Jesús a la imaginación. No existe el arte sin imaginación. Y el deseo de realizar algo bello, singular y creativo no es suficiente para triunfar sobre el papel en blanco. Necesitamos que la imaginación nos ayude a dar forma a lo que todavía no es, lo no dicho, lo no dibujado.
 Surge entonces el primer interrogante: ¿cuántas imágenes tenemos en nuestro stock?
Llegamos a la segunda pregunta: ¿puede ocurrir que teniendo una inmensa cantidad de imágenes no podamos asociarlas?
Algunos de los obstáculos en el fluir de la imaginación pueden surgir:
§   Cuando el proceso de simbolización se ve empobrecido. Nos quedamos solamente con el registro fáctico de lo que vivimos, vemos o sucede. El “rojo” es “rojo”, pero también es “pasión”, “alerta”… “amor”… “extroversión”… “pulsión"… “alegría”. El "verde" es "verde", pero también es "esperanza"... "vida"... "salud"... "naturaleza".  Porque reconocer y descubrir los contenidos simbólicos de las formas, los espacios, las palabras, los silencios o los movimientos entre tantas cosas que nos rodean, manifiesta una riqueza imaginativa. Actividades lúdicas pueden estimular procesos más complejos de enlace.
§  Cuando nos falta entrenamiento en la introspección. Nos cuesta adentrarnos en nuestro mundo psíquico. Las imágenes están, pero el ritmo agitado y estresante en el que vivimos no nos permiten llegar. La reflexión, los ejercicios de meditación y/o relajación son siempre favorables para la actividad creativa.
§  O cuando las imágenes están mezcladas con recuerdos traumáticos. No es fácil cuando esto nos ocurre. Pero es bueno tener en cuenta que, aún sin darnos cuenta, cada vez que avanzamos con nuestros trazos sobre el papel en blanco estamos permitiendo que el arte nos abra un canal de salida. Especie de drenaje donde la sublimación nos ayuda a dar un paso más allá y elaborar muchas de esas cuestiones que nos angustian o atormentan.
Afortunadamente sabemos que éstas y otras dificultades son parte de lo todos los procesos artísticos, y que además las compartimos con todas las personas que deciden encarar algo nuevo. Situaciones que se van solucionando en el andar. Reflexión tranquilizadora que nos permitirá, por lo menos, comenzar a bocetar unas líneas, algunas ideas. Y quizás animarnos a participar de algún taller donde nos puedan dar algunas herramientas para atravesar los primeros escollos.
Prof. María Gabriela Morales

¿Será cierto que los occidentales padecemos sin remedio del “horror vacui” (miedo al vacío)
Ni bien uno se dispone a pintar surgen sensaciones y pensamientos ambiguos:  
“¡Quiero encontrar una nueva y original forma de pintar!… ¿y si después no me gusta ni a mí ni a nadie?”. 
 “Tengo guardado bocetos y materiales que son muy interesantes... y si al usarlos ¿arruino el trabajo?”.  



¿Cómo hacer para despertar a  la “loca de la casa” y poder guiarla hacia nuestro objetivo? La dinámica de la imaginación se pone en marcha con la asociación de imágenes. Estas imágenes “almacenadas” (memorizadas) pueden estar relacionadas con hechos reales o no (esta diferencia no influye cuando de creatividad se trata), lo importante es que esas imágenes estén ahí: en nuestra mente, listas para ser convocadas.
En las imágenes se plasma nuestra representación del mundo, nuestro encuentro con lo desconocido. Cuanto mayor sea nuestro archivo imaginario mayores serán las posibilidades de conexión-asociación.

 Podríamos responder: “No lo sé… creo que pocas”  o “no puedo medirlo, pero… ¡creo que muchas!” . Más allá de cuál sea nuestra respuesta, tendremos en cuenta que la capacidad de almacenamiento es ilimitada. Que cuanto más sensibles somos a nuestro entorno, antenas encendidas y enfocadas registrarán millones de imágenes completando los espacios vacíos del propio stock. Se trata de ampliar la percepción racional y sensible, lo que comprendemos y lo que sentimos. Afilar nuestra capacidad de decodificación. Podrán ser las visitas a lugares nuevos, la lectura (movilizadora de los procesos de interpretación), los diálogos, las actividades recreativas, la actividad fotográfica o de video, también la meditación, lo que aumentará nuestro capital.

La respuesta es afirmativa. Los caminos deben estar despejados para que pueda realizarse asociaciones. Al relacionar dos o más imágenes entre sí damos origen a una tercera -nueva, diferente a las unidades que la constituyen– dando el puntapié inicial para una sucesión de creaciones sin fin. Este proceso impacta positivamente en nuestro interior acelerando el recorrido también hacia otros objetivos de resolución. Si esta dinámica está obstruida es importante identificar qué factores nos detienen.

Taller Arteoeste
Prof. M. Gabriela Morales - www.arteoeste.blogspot.com